Lucha de gigantes

Lucha de gigantes, convierte, 
el aire en gas natural.
Un duelo salvaje advierte, 
lo cerca que ando de entrar 
en un mundo descomunal.
Siento mi fragilidad. 

Vaya pesadilla, corriendo
con una bestia detrás.
Dime que es mentira todo, 
un sueño tonto y no más.
Me da miedo la inmensidad 
donde nadie oye mi voz. 

Deja de engañar,
no quieras ocultar 
que has pasado sin tropezar. 
Monstruo de papel 
no sé contra quien voy.
¿o es que acaso hay alguien más aquí?

Lucha de gigantes, del compositor Antonio Vega me parece una de las canciones más bellas jamás escrita. Su melodía me inicia siempre en un viaje hacia el año 2004 cuando leí el libro "La calle de la judería" de la escritora alavesa, Toti Martínez de Lezea. Ahora no lo hago pero antes leía y escuchaba música al mismo tiempo, así callaba todas las voces. Quizá debería retomar esta costumbre para que dentro de otros 12 años pueda volver a viajar al aquí y al ahora.

Ha llovido mucho desde aquel año pero me gusta transportarme durante unos minutos a aquellos recuerdos. 

Ahora que sé que navegas por mi mundo de filigranas, viaja conmigo.

@Ohihane

Comentarios

  1. "Antes leía y escuchaba música al mismo tiempo, así callaba todas las voces".

    ¿Esquizofrenia?

    Siempre me he preguntado por qué la mayoría de las visiones y órdenes divinas que tuvieron determinados individuos de la historia para acometer campañas ingentes se agrupan en torno a hace dos siglos, entre el XV y el XVIII. Mi conclusión es que eran esquizofrénicos no medicados. Pero esto es -y me gustaría dejarlo claro- una teoría personal sin comprobación ni corroboración ni base científica, me temo.
    Siempre me viene a la cabeza Juana de Arco, quizá porque una vez, en un alarde de loa y boato hacia mi persona por parte del autor del piropo, me compararon con ella y mi pensamiento automático fue "¡Uy! Espero tener mejor final". No me imagino como parte de un menú en plan Segundos platos: a elegir entre Santa Juana de Arco a las brasas o Adriana a la barbacoa. No, no suena bien.
    Total, que siempre asocio la desaparición de esas visiones divinas que empujaban a los hombres más vulgares a llevar a cabo las empresas más titánicas con la aparición en el mercado de fármacos para la esquizofrenia.

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  2. Bueno, yo no sé cómo piensa la gente, no estoy metida dentro de la cabeza de nadie y quizá, solamente quizá, mi modo de funcionar sea patológico pero yo cuando pienso tengo mi "voz" ahí, rumiando ideas, y solamente las distracciones las paran. Es más, duermo con la televisión puesta para no pensar en nada justo antes de dormirme. Sino, no me dormiría. O sí.

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  3. Tranquila. Te entendí desde el principio. Yo también tengo esas voces funcionando 24 horas al día, incluso cuando duermo (yo lo hago; ellas, no :-/ ). A veces ne proporcionan ideas magníficas para mis clases, otras noches me cantan mientras yo les coreo con ronquidos. Algunas noches para mi fortuna mueren de agotamiento.

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