He perdido la ilusión

Cuando me hice adulta descubrí que el mundo no es como me lo había imaginado, que las cosas no son tan maravillosas como creía. He tenido que aprender a vivir con un sentimiento de decepción permanente haciendo un esfuerzo real por encontrar la ilusión en pequeñas cosas. 

Esta semana alguien me dijo que comprendes que no eres feliz cuando te das cuenta de que no tienes ilusión, que la vida es ilusión. 

Ilusión. Esta palabra tiene su origen en illúdere que significa "burlarse de", por eso se creo para hablar de "jugar en contra (in)". Con esta primera acepción pensamos en: ilusorio, iluso... Pero al mismo tiempo significa "tener esperanza". Parece que son dos significados en la misma palabra, pero en realidad solo hay uno. Tener ilusión por algo es creer en una invención, que solamente está en tu cabeza, que no es real. 

Esa ilusión infantil enciende una pequeña llama dentro de mí que hace que me enfrente a mi vida cotidiana con una sonrisa y con energía, pero tarde o temprano se apaga, dejándome a oscuras, sin proyectos, con dudas, con desgana... Cuando esos proyectos se materializan, cuando vivir con ilusión merece la pena, es justo en ese momento cuando siento que soy feliz, porque sé que esa esperanza se ha convertido en algo que puedo saborear. 

No es nadie. Era el viento. 
¿Nadie? 
¿No es el viento nadie? 
No hay nadie. Ilusión. 
¿No hay nadie? 
¿Y no es nadie la ilusión? 

Este poema de Juan Ramón Jiménez expresa lo que yo no sé expresar. Creo que a veces sientes algo que no puedes ver, el viento, por ejemplo, que no es nadie, no es nada, pero lo sientes, no puedes explicar de dónde viene, pero sí lo que te hace sentir. Pero no es nadie, es ilusión, imaginación, esperanza. Y este escritor se pregunta "¿y no es nadie la ilusión?" Y la respuesta es no, no puedes poner ilusión en ninguna persona que no seas tú, no puedes dejar tu felicidad en manos de otro, porque cuando menos te lo esperes, soplará tu castillo de naipes. 

¡Ay, ilusa!

@Ohihane




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