¿Qué tal estás? Te diré que bien

Cada noche sostengo las estrellas con mis manos y las observo, eso siempre que me lo permiten las nubes de verano que algunos días me sorprenden con sus relámpagos de luz. Noches que duran horas, horas que se hacen días, y días que se hacen meses. Y durante todos las noches, abrazada a un animal verde miro al cielo y busco constelaciones, aquellas que me hicieron sentirme como en casa.

Arrinconada por el miedo me protejo detrás de mi canon porque con un poco de suerte nadie verá mis ojos tristes bañados en agua salada. 

Avenida de Carlos III el Noble (Pamplona) [Fotografía: @Ohihane]
Y entonces con colirio en los ojos, pegote de rimel y la copa en la mano, disfruto de la ciudad con esa que canta a mi lado y me echa la mano al hombro cuando creo que puedo volver a romper a llorar. Esta es la historia de un sábado, de no importa qué mes... ya sabes que cantaremos cuándo quieras. 

Porque brillaba la ciudad, congestionada de gente, algunos ya en decadencia presanferminera y nos alegraban las almas más que un gol de Alemania. Y una cena en ventisca merece la pena aunque sepamos que no es dieta. 

Calle San Nicolás (Pamplona) [Fotografía: @Ohihane]
"¿Qué tal estoy? Te diré que bien"

@Ohihane

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