La muerte como parte de mi vida

Aceptar mi propia muerte, aceptar perder todo lo que te ha dado la vida, sin poder evitarlo, sin querer evitarlo.

La vida como tiempo finito nos invita a intentar vivirla con plenitud, a convencernos de que no hay que malgastar el tiempo, sino hacer aquello que nos gusta con quien nos gusta. Pero la vida en sí es una condena, un valioso viaje que otros se encargan de frustrar.

La muerte se ve como un fracaso de la propia vida pero yo siempre he tenido grabado en la cabeza "memento mori", es decir, "recuerda que puedes morir" y que no pasa nada, es parte de nosotros mismos. Y quienes me leéis ya sabéis que tengo un especial afán por saber el porqué de las cosas. Respecto a esta frase, se cuenta que en la Antigua Roma cuando un general desfilaba tras la victoria por las calles de la ciduad un siervo iba tras él diciéndole "Respice post te! Hominem te esse memento!" (¡Mira tras de ti! Recuerda que eres un hombre) para que no cayese en la creencia de ser un Dios.

Me niego a pensar en la muerte como un fracaso de mi propia existencia, aceptar la muerte en sí misma es un intento por ser feliz.

En mi mente no cabe eso de que después de la muerte hay otra vida, no me consuela y no me aporta herramientas para gestionarlo. Mi estrategia es intentar resguardarme en mi libertad, el autoaprendizaje y en la reflexión.

Durante meses he intentado saber por qué, por qué las cosas pasan del modo en que lo hacen. Pero quizá, todo radique en que aceptando la muerte estoy aceptando la propia vida.

Sólo cuando aprendemos a vivir, aprendemos a morir.
@Ohihane

Comentarios

  1. Creo que has dado con el quid de la cuestión. Hay que aceptar. Para mi la muerte es parte de nuestra vida, y le temí demasiado tiempo... Mi padre se murió con 40 años, yo apenas tenía 19 y viví eso de forma traumatica, de ahí mi miedo irracional... pero hoy, que soy madre, que veo la vida de forma más pausada... creo que no hay que temer a algo que no tiene remedio... es así y por algo tendrá que ser...
    Si hay vida después? Yo no creo en la reencarnación, pero creo un poco en nuestro espiritu, nuestra esencia, y nuestras almas, y en cierto modo creo que la muerte es una transformación a no sabemos qué... Te pongo el ejemplo del gusano de seda, que muere para volver mariposa... mágico? Pues no se... Pero da que pensar a que si?
    Gracias por tu visita a mi blog. Y decirte que yo también amo Lisboa. Bajo muy a menudo por motivos laborales que acabo transformando y alargando a ocio, porque es una ciudad bellisima. No se que te hab´ra pasado por allí, pero noto un poco de nostalgia en tus palabras... Yo creo que recordar buenos momentos es bonito, aunque a veces duela.
    Un besote. Nos leemos.

    ResponderEliminar
  2. A veces la muerte no sólo de física sino que se puede estar muerto cuando la gente ya ni siquiera te recuerda.
    Respecto a Lisboa, se ha convertido en otro lugar que me he prohibido recordar, permanece en ese lugar de mi mente que he etiquetado con "de momento no vuelvas".
    No siempre estoy nostálgica y tristonga, tengo mis momentos, un besote!

    ResponderEliminar
  3. ¿Y ninguno de tus lectores siente como yo curiosidad por saber qué ocurre después? Al margen de creencias religiosas o reencarnaciones, no sé. ¿Morbo, tal vez?
    Si la energía se transforma, ¿por qué no había de hacerlo el ser humano, que es pura energía?
    Hace tiempo que la muerte dejó de darme miedo. Ahora la miro como un desafío, como un reto, como una puerta que se abre a lo desconocido y despierta de pleno mi espíritu aventurero. Aunque, la verdad, no tengo prisa por embarcarme en esa odisea ;)
    Ya veremos.
    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues Adriana, no lo sé, y si sienten esa curiosidad no lo van a escribir aquí, ambas sabemos que me rodeo de tímidos.
      Respecto a tu ánimo aventurero... espero que lo mantengas cuando seas viejecita y te llegue el momento.

      Saluditos!!

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares