Un viaje en el tiempo

Solamente las velas de una tarta de cumpleaños, la fecha en el revés de una fotografía o las arrugas en la piel nos hacen conscientes del paso del tiempo. La ciencia ha conseguido alargar nuestra vidas, que podamos disfrutar de más tiempo pero no ha logrado detenerlo, parar el cronómetro justo en ese instante en el que creemos ser felices. 

[Ya escribí sobre el paso del tiempo pero estos días vuelve a estar presente en mi cabeza].

Quizá tengamos miedo de pensar que todo lo que hemos experimentado a lo largo del tiempo no haya sido suficientemente satisfactorio o simplemente suficiente. La realidad es que los avatares de la vida llegan sin avisar, atropellan nuestra estabilidad y nos dejan inmóviles, apretando los dientes y esperando que el paso de ese tiempo, ese que quisimos detener, ahora sea mucho más rápido para que cure las heridas.

La vida está llena de contratiempos y no podemos hacernos los distraídos porque aún así un día un niño por la calle nos llamará "señora". No sé dónde leí que ser consciente del paso del tiempo es mirarse en un espejo y no reconocerse, como cuando oímos nuestra voz grabada por primera vez. Y esa sensación puede ocurrir en 7 días donde corres por lo que más quieres, acudes a dos funerales, aparece un bebé, te operan, te atiborras a gominolas, luchas contra el viento, trabajas... Todo en 7 días, el miedo y la decepción, el alivio y la rabia, el llanto y la calma... y piensas que aún podrían haber pasado más cosas. 

Pero haces balance y sabes que también en poco tiempo han pasado cosas maravillosas: amigas, abrazos, mensajes, consuelo, familia, besos, llamadas, noticias, sorpresas, kilómetros, sueños... 


[...] vale decir preciso
o sea necesito
digamos me hace falta
tiempo sin tiempo.

Tiempo sin tiempo [Mario Benedetti]

@Ohihane

Comentarios

Entradas populares