Trazos de resilencia

Van pasando los meses y comienzo a contar el tiempo en años. Ello me permite tener una perspectiva más completa de cómo me vestí con un nuevo traje. 

Clavadas con un chincheta permanecen las fotografías de aquello que nunca olvidamos y que suponen en nuestra vida un cambio que de manera mecánica nos resignamos a aceptar. Pero sabemos que nadie es inmune al sufrimiento y que la única manera de mantenerse a flote es ser capaz de aceptar el cambio, de mirar cómo el agua sigue amenazando pero no sumergirse en ella sino saber construir un barco que nos lleve hasta algún islote. 

Ser resilente no quiere decir que no suframos, sino que a pesar de ello nos adaptamos y logramos algún tipo de aprendizaje. Los cambios son parte de la vida y no todos nos debilitan. 

@Ohihane

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