El elefante que me encontró en Roma

Buscar la suerte o que la suerte te encuentre. Los elefantes son esos pequeños talismanes que nunca sobran en casa, aunque hayan sido quizá demasiados los encontrados en los viajes de flotación. Pero hay uno, uno en concreto que me encontró en Roma. De la manera más tonta, cerca de un Coliseo, me esperaba para enseñarme los caminos en vespa. 

Nunca he estado en Roma, es un viaje pendiente, pero tengo un elefante romano, de esos de la suerte, y lo guardo en un lugar privilegiado mirando hacia sus ojos azules. 

Siempre he pensado que llenar mi casa de un montón de alfiles me hará ganar mi personal partida del negro contra blanco. Al fin y al cabo, los al-files, son eso, elefantes árabes que juegan a proteger lo más querido. 

[Alfil (الفيل) procede del árabe al 'el' y fīl 'elefante', del persa pī'elefante'. En el origen del juego del ajedrez esta pieza era representada por dos cuernos de marfil (عظم [ˁaẓm] "hueso" y فيل [fīl] "elefante)].

@Ohihane

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