Eutanasia o el buen morir

Buen morir.
Morir siempre es una mierda. 
¿Morir bien? ¿Se puede? 
Entendemos que la muerte es un fracaso pero no es más que una etapa, la última del camino. 
¿Y la dignidad? ¿Quién decide qué es digno y qué no lo es?

De nuevo se ha abierto un debate social: ¿Se debe despenalizar la eutanasia? En los medios de comunicación escrita, en opiniones de redes sociales, en mesas de debate... se argumenta a favor y en contra de este asunto, muchas veces de forma bastante hiriente. 

Mi final, a día de hoy, es incierto. Esa incertidumbre se convierte en una sentencia que en algunos casos dura poco tiempo, quizá días u horas, pero que en otros casos se prolonga durante años. Nadie, ninguna persona, ni siquiera los más cercanos, saben lo que se siente cuando sabes que te vas a morir, pero es más terrible saber que vas a hacerlo sufriendo de una forma que no quiero imaginar para los que yo más quiero. 

Las limitaciones imaginables producen ahogo: Dejar de caminar o de poder comer de forma autónoma, dejar de abrazar o de escribir... no poder reconocer, recordar o pensar... Gente mayor, frágil, enfermedades degenerativas, lesiones neurológicas...  

No me gusta eso que se dice de que que eso no es vivir dignamente. Yo personalmente no lo sé, no sé qué es vivir dignamente, cada uno tendrá su opinión y de manera individual sabrá que es para él o ella, la vida digna. Pero lo que tengo muy claro es que todo se reduce a la libertad. Cada persona tiene que tener el derecho a poder decidir cómo quiere que sea su final. Solamente desde la consideración del enfermo como un ser autónomo podemos hablar de eutanasia, de muerte digna o de ayuda a la muerte. 

Nosotros decidimos cómo vivir, pero ¿por qué no podemos decidir cuándo morir? 

Estos días he estado pensando que como sociedad hemos fracasado si no somos capaces de dar una respuesta a quienes piden morir. Seguramente todos estamos de acuerdo en que se haga prácticamente todo por salvar la vida de una persona: transfusión de sangre, operaciones costosas, utilización de tecnología, manipulación genética, transplante de órganos... Lo vemos cada día y lo aplaudimos como sociedad. Pero no podemos aceptar que se haga todo lo posible ante la muerte. Todo lo médicamente posible para hacer que esa muerte sea como esa persona decida que sea. 

Lo que yo quiero es que me dejen ser dueña de mi vida y llegado el momento dueña de mi muerte. 

@Ohihane

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